Si eres joven, protestas y estás en Jalisco: ¡Corre, corre!
Texto: Jade Ramírez. Foto: Felix Márquez.
Guadalajara, Jalisco a 5 de junio 2020.- Dieciséis personas fueron detenidas en las calles aledañas a la sede de la Fiscalía del estado de Jalisco durante la tarde del viernes, por pretender sumarse a la protesta para exigir la liberación sin fianza, de los 28 detenidos en la marcha #JusticiaParaGiovanni, un día antes.
Camionetas sin placas con hombres altamente armados cubiertos de sus rostros y sin placa de policía investigadora, de Guadalajara o del estado, impidieron que Jorge, Alberto, Noé, Luis, Eduardo, Zazil, Regina, Andoni, Jorge, Carlos, Edwing, Mariana, Camila, Eloy, Braulio y Francisco, llegaran caminando al punto de reunión: la calle 14.
- Manifestantes son detenidos en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado en Guadalajara, Jalisco, durante una protesta en contra del abuso policial el 05 de Junio de 2020.
- Manifestantes son detenidos en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado en Guadalajara, Jalisco, durante una protesta en contra del abuso policial el 05 de Junio de 2020.
- Manifestantes son detenidos en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado en Guadalajara, Jalisco, durante una protesta en contra del abuso policial el 05 de Junio de 2020.
- Manifestantes son detenidos en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado en Guadalajara, Jalisco, durante una protesta en contra del abuso policial el 05 de Junio de 2020.
Manifestantes son detenidos en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado en Guadalajara, Jalisco, durante una protesta en contra del abuso policial el 05 de Junio de 2020.
Lo que inicialmente sería una jornada de protestas para exigir la liberación inmediata y sin fianza de las 28 personas detenidas entre quienes se encuentran seis menores de edad y dos mujeres, se volvió la cinta de moebius: sales, te pego, sales, te detengo, gritas…te ataco.
Enrique Alfaro Ramírez en rueda de prensa matutina el 5 de junio, se negó a hablar y reconocer los abusos policíacos de un día antes y pidió “por favor” que le preguntaran mejor por el policía quemado de la espada al cuello por un joven al que, en la revuelta del 4 de junio, no fue detenido ni ha sido identificado, pese a la fuerte presencia policiaca alrededor el ataque violento; aun en flagrancia no se le detuvo.
Pero el viernes desfilaron tanquetas, camionetas, hombres visiblemente armados por las calles de bodegones y trailers, tratando de escurrirse entre los pequeños grupos que iban intentando llegar a la zona industrial de Guadalajara para apoyar a las familias de los detenidos durante la violencia represiva del jueves.
Las oficinas de la Fiscalía General quedaron cercadas desde el medio día con policía investigadora y docenas de mujeres vestidas de gris, cubiertas del rostro y cargando tubos, palos. El punto de reunión estaba acordonado con cinta amarilla.
Comenzó a llamar la atención que había más prensa que personas exigiendo la liberación y llegó el aviso: ¡Están deteniendo a los compañeros que venían caminando en plaza Las Torres sobre 8 de julio y Lázaro Cárdenas! Iba corriendo el rumor.
Para cuando se concentró el intento de mitín en un solo punto entre la calle Pinzon y la calle 14, decidieron salirse de la boca del lobo los que ya habían llegado y los pequeños contingentes de pretendían acercarse.
Llegar a la fiscalía donde a medio día incluso pidieron a las familias que se retiraran, dejó de ser el objetivo de los manifestantes por las detenciones arbitrarias que se iban reportando, pues en su mayoría eran jóvenes los que estaban respondiendo al llamado de protestar.
Más personas se fueron sumando poco a poco desde el centro de Guadalajara cuando la Asamblea Popular de Jalisco -entre ellos sobrevivientes a detenciones arbitrarias-, se reunió en la Plaza Liberación para juntar fuerzas y moverse hasta el punto de la cita pública, la calle 14, con una misión: no dejar concluir las 48 horas después de la detención de 28 personas para que un juez no formalizara delitos fabricados.
Todos somos Giovanni, todos aclaman justicia
Se sumaron albañiles, gente que iba pasando por la puerta trasera de catedral quienes con cualquier chispazo se les despertó la indignación; “me sacaron de mi casa por un juicio que no llevé”, me contó con la mirada enardecida un señor de la colona Tonalá quien presenció el trato indigno a un hombre que escapaba de dos policías de primer contacto en las calles del centro, finalmente fue sometido en teoría sería detenido, pero lo tenían tirado en el piso.
Gerardo Cabral de ir caminando como otras seis señoras, detuvo su paso para reclamar el trato; fueron docenas las que se juntaron pedir que si había delito lo detuvieran, pero que si no, lo dejaran levantarse y le devolvieran sus tenis.
Eso pasó a las 5 de la tarde, una hora antes de la cita en la fiscalía y resultó para los policías alrededor del edificio de palacio de Gobierno, un hallazgo: la gente ha ido perdiendo el miedo y a gritos, defendían sin miramientos, a alguien que recibía tratos crueles a plena luz del día.
Gerardo se sumó al contingente y llegó hasta la fiscalía. No entendía que sucedía, pero sintonizó con los reclamos, con la rabia, con la queja al unísono: ¡Justicia!
Bloquear el tránsito
Conforme se acumulaban los hechos presenciados por cualquier cantidad de testigos y transcurrían las llamadas, bloquearon el paso de autos en la calle Pinzón y 8 de julio.
¡Presos políticos! ¡Libertad!
¡Presos políticos! ¡Libertad!
¡Se llevaron a nuestros amigos!
Un padre tembloroso desde una esquina hablaba con su hija que recién había sido liberada, “tranquila, tienes que calmarte, escúchame, camina” le decía en tono firme tratando de orientarla por teléfono a quien llegaría al punto de reunión la tarde del 5 de junio, pero fue interceptada por una camioneta que la trajo dando vueltas y la liberó una hora después lejos, muy lejos, de un punto que ni siquiera conocía.
Se sumaban nombres y se paraba el tráfico. En las redes sociales se acumulaban los nombres de quienes no llegaron a la protesta y se iban cambiando los planes. Un solo contingente de trescientas personas, pidió reserva a la prensa y nos alejó, debían tomar una decisión y tomaron la mejor: alejarse de la boca del lobo antes de que cayera la noche.
Caminaron -sin sentido por momentos- hacia la avenida Federalismo donde pasa la línea 1 del sistema de tren eléctrico urbano, el Tren Ligero. Pensamos que caminarían hasta Casa Jalisco donde había menos de 70 personas pero no, giraron al sur y pocos entendían cual era la misión.
Los vecinos de la colonia salían admirados pues por esa zona, jamás, ha transitado una marcha y menos una protesta contra el fiscal de Jalisco, Gerardo Octavio Solís Gómez, el torturador de la represión a los altermundistas el 28 de mayo de 2004 cuando la cumbre iberoamericana en el Centro Cultural Hospicio Cabañas.
Al llegar a la estación Urdaneta pararon el tránsito de un vagón. Los usuarios del tren ligero comenzaron a reclamar y durante 15 minutos, estuvo a punto de estallar un enfrentamiento violento. Se lanzaron botellas de agua, un bote de basura y varios reclamos: ¡Únete pueblo, nadie pasa hasta que liberen a nuestros compañeros!, gritaban.
Por primera vez no se escuchó un “huevones” provenir de alguien interrumpido en su paso por alguna protesta, lo que querían en su mayoría los trabajadores que regresaban a sus casas, era seguir el camino.
El centenar de personas que salieron del vagón que se dirigía de norte a sur, no entendía lo que sucedía pero pasados los reclamos, se les liberó el paso.
Los del contingente de la marcha echaron a un policía infiltrado a gritos y éste se fue a paso veloz perdiéndose entre las calles de la colonia El Fresno; repensaron el momento, cambiaron de opinión: “no vamos a afectar al pueblo, a los jodidos” gritó una chava.
Liberaron el paso del tren dejando a su paso pintas: A.C.A.B., justicia, el rostro de Giovanni López, asesinos. ¡Vámonos al centro! gritaron y avanzaron a paso veloz en sentido contrario; ya debajo del puente sobre la avenida Federalismo en el cruce con Lázaro Cárdenas, volvieron a parar.
Se bloqueó el paso de automóviles de oriente a poniente, primero, y después se extendieron de poniente a oriente sobre Lázaro Cárdenas, una de las arterias que desahoga vehículos de carga pesada y es uno de los circuitos más transitados, con o sin aislamiento social por la pandemia.
Fueron bajando las consignas y las pintas. Debían decidir que hacer. Transcurrió casi una hora y ocultarse el sol comenzaron a hablar con algunas personas que pasaban por ahí, familias, que no entendían la protesta y fueron escurriéndose en grupos de cuatro, en par, no solos, por las calles de la colonia a pie. Los agentes viales los tenían cercados por todos lados. Pretender llegar a pie por la avenida Federalismo al centro, al parque Rojo, implicaba pasar por un túnel y más calles solitarias.
La marcha por la liberación de los detenidos concluyó, los periodistas nos fuimos retirando y la suma de nombres de detenidos-desaparecidos va en aumento.
El fin de semana se anuncian más acciones como una protesta en Ixtlahuacan de los Membrillos donde fue ejecutado Giovanni López, volver a tomas las calles, volver a enfrentar la estrategia de represión que, por lo visto, no dará pasos atrás; la interlocución de contrapeso al gobernador, no se ha hecho escuchar.
Esta nota periodística fue publicada originalmente en Perimetral.