El COVID-19 interrumpe tradición de más 100 años de Nuestro Padre Jesús del Calvario, pero la fe continúa
Por: Celia Espinoza
19 de julio de 2020.- Este domingo los laguenses amanecieron con nostalgia al saber que hoy se pudo realizar la tradicional ‘subida’ de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario, con la cual agradecer por todo un año de trabajo, bendiciones y favores concedidos, por ello el día pintó inusual.
Como en años anteriores, familias y comerciantes no se vieron adornando las fachadas de sus casas y negocios; no se vieron pintando los coloridos tapetes, ni colocando los floridos arcos.
Tampoco como en años anteriores se vio a la gente congregarse afuera de la Parroquia de La Asunción, ni buscando un espacio por las calles por la que se hace la procesión.
Tampoco se vio pasar a los charros en sus caballos, ni a las niñas y mujeres de las escaramuzas estrenar esos majestuosos vestidos.
Los jóvenes de los diversos grupos parroquiales no pudieron estrenar esas porras y playeras que los resaltaban en la procesión.
Se extrañó pasar por el malecón del río no ver desde temprana hora el montaje de escenografía de los carros alegóricos.
Faltaron los sonidos de las danzas y bandas de guerra, dejando que el silencio se adueñara de las calles.
La ausencia de esto y más aspectos reafirmó que no llevarán a cabo las ‘tradicionales’ Fiestas de Agosto, ni las ‘calles compuestas’, ni la feria, ni las ‘mañanitas’, ni las verbenas en el atrio y explanada del templo del Calvario.
Este 2020 todo cambió; el ritmo de vida los ciudadanos se vio alterado por la contingencia sanitaria del COVID-19 que ha suspendido la concentración masiva de personas y con ello las tradiciones que más identifican a los pueblos, como el de Lagos de Moreno.
La imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario por sí sola, tanto en la costumbre de la ‘bajada’ como de la ‘subida’ en las calles congrega a cientos de personas de todo el municipio.
Las procesiones masivas con esta imagen generan la condición de igualdad en todos sus habitantes, todos son igual, porque al participar, lo hacen para manifestar su fe en una tradición que data de hace 125 años.
De acuerdo a una publicación que hizo la Parroquia del Señor del Calvario en sus redes sociales, fue “a las cinco cuarenta y cinco minutos de la mañana del 19 de julio de 1895 dio comienzo la misa solemne teniendo como ayudantes al Padre Joaquín Rosales, Ministro de la Parroquia y el Padre Juventino de J. Santos domiciliado en Zacatecas e hijo de esta ciudad de Lagos, rodeado de miles de fieles de todas las clases sociales, terminó esta solemne ceremonia de bendición a las 8:30 de la mañana”.
Por la tarde del mismo día, en solemnísima procesión se trasladó la imagen del Señor del Calvario del Santuario de Guadalupe en donde había estado por muchos años hasta su nueva iglesia.
“Acudió el vecindario con muestras de gran regocijo y con el orden y respeto que demandaba el caso, haciendo una demostración de fe y religiosidad tan general que motivó que las autoridades civiles se mostraran sumamente complacientes”, resalta el texto.
La imagen fue trasladada en una carretela abierta, acompañándolo el Padre Villagrán y tres caballeros más, lo seguían otros muchos carruajes que conducían la comitiva de señores eclesiásticos y caballeros y señoras que apadrinaron el acto.
Por delante iban danzas autóctonas y bastantes individuos haciendo nutridas salvas de cohetones; grupos de músicos y música de recinto, las calles del tránsito estaban profusamente y alegremente adornadas, cubiertas con colgaduras, con cortinas en las puertas y en el exterior altares, follaje y gran cantidad de flores en el suelo; la muchedumbre quitó las mulas del carruaje de Nuestro Señor y lo llevó por sí misma hasta llegar al atrio del templo.
Fue así como se llevó a cabo la primer “subida” de Nuestro Padre Jesús a su templo del Calvario.
Aquel día nacería para todos los laguenses una de las tradiciones más bellas e importantes de su pueblo.
