“PACKS Y NUDES” VIRALES SIN PERMISO: ¿CÓMO SE PERSIGUEN ESTAS VIOLENCIAS EN JALISCO?
Por Itzel Torres /@ximena_tra; Fernanda Lattuada /@MariferLattuada y Eric Sandoval /@eric20san
Ilustración portada: Gaptain
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La campaña del gobierno federal Mujeres Sin Violencia define el sexting como: “el envío voluntario de contenidos de tipo sexual, principalmente, fotografías y/o vídeos por medio de teléfonos móviles”; esta práctica es coloquialmente conocida como el envío de “packs y/o nudes”.
De acuerdo con la encuesta “Efecto Internet”, elaborada en 2016 por la Asociación Civil Alianza por la Seguridad en Internet, en México de 10 mil estudiantes -entre 12 y 16 años-, 36.7 por ciento conocía a alguien que había enviado o reenviado por internet imágenes suyas con contenido de carácter sexual.
Rogelio Sánchez Huerta, psicólogo de la Universidad de Guadalajara, actualmente trabaja como profesor de secundaria y colabora con la asociación civil Centro de Orientación y Prevención de la Agresión Sexual; este especialista cree que el sexting es algo tan normalizado entre los jóvenes porque está relacionado con la búsqueda de identidad y con la ausencia de figuras de autoridad que revisen las actividades de los jóvenes en internet: “Al final de cuentas tiene que ver con autoconcepto y autoestima. Esa situación del sexting se da desde los 10 hasta 18 años y esa es la edad más grave”, comparte Rogelio.
El Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) califica el sexting como “una práctica de riesgo que puede llevar a la difusión de contenido sexual sin consentimiento”; esta difusión, no obstante, no es el único riesgo.
Gloria Sides Mayoral, agente del Ministerio Público (MP) adscrita a la Fiscalía Estatal de Jalisco, explica que el sexting también puede llevar a la venganza y al chantaje, ya que se amenaza a los implicados del contenido con hacer públicas las fotos: “Es una especie de venganza en donde incluso hay extorsiones”, señaló la funcionaria pública.
Una víctima de este delito, quien pidió que su testimonio fuera anónimo, cuenta su experiencia. “(Él) de la nada me empezó a decir que le mandara unas fotos, yo le dije que no. Me dijo ‘¿por qué sí se las mandaste a este güey?’, y qué iban a pensar mis papás de esto. Nunca me lo dijo explícitamente, pero sí me insinuaba que iba a mostrar las fotos. No me chantajeo por nada material, pero sí por un ejercicio de poder. Un ejercicio de yo tengo tus fotos y te puedo exhibir, puedo exhibir lo puta que eres”.
¿Por qué las mujeres caen más en este delito?
Para el especialista, Rogelio Sánchez, esto tiene que ver con el machismo que se vive en la sociedad mexicana: “La sociedad mexicana, es machista: mientras más mujeres tengas, pues más hombre eres… ¿pues que no eres machin? Ve la mujer que tengo…”.
Ana Baquedano es una joven activista que después de ser víctima de difusión no consentida de imágenes y videos íntimos, promovió la iniciativa de ley para tipificar esta práctica y la sextorsión como delitos en el Código Penal del Estado de Yucatán. La iniciativa fue aprobada y entró en vigor en mayo del 2018.
En entrevista opinó: “Este es un problema complejo y multifactorial que se alimenta por una cultura machista y re-victimizante, y una decadente, si no es que nula, educación en civismo digital. […] En México, las mujeres somos concebidas como objetos de consumo y se nos sexualiza en cualquier circunstancia, pero también se nos culpa de vivir nuestra sexualidad y de que otras personas respondan violentamente ante ella.”
Aunque la mayoría de las víctimas encontradas en este reportaje son mujeres, también hay casos en los que los hombres son los afectados. De manera anónima, una estudiante universitaria cuenta su testimonio: “Estuve mandando fotografías de una de mis ex parejas. Fue más que nada por el morbo de que mis amigas vieran que era lo que estaba pasando con este güey. Si es algo de lo que me arrepiento porque al inicio no ves el daño que puedes llegar a causar y una vez que lo haces ya no hay manera de repararlo.”
¿El sexting se castiga en Jalisco?
En Jalisco, divulgar contenido erótico sin consentimiento es un delito que se castiga con cárcel desde 2017, cuando se agregó el artículo 135 bis. al Código Penal Estatal.
Art. 135 bis. Quien obtenga de persona mayor de edad, material con contenido erótico sexual y sin su consentimiento lo divulgue original o alterado, se le impondrá una pena de dos a cinco años de prisión.
Cuando el ultraje señalado en el párrafo anterior se cometa a través de las tecnologías de la información y la comunicación, se le impondrá al responsable una pena de cuatro a ocho años de prisión.
Este delito se perseguirá por querella de la parte ofendida.
Se estará a lo previsto en el Código Penal Federal cuando los hechos se adecuen al delito de pornografía de personas menores de dieciocho años de edad o de personas que no tienen capacidad para comprender el significado del hecho o de personas que no tienen capacidad para resistirlo.
La ministerio público, Gloria Sides, explica de qué va el castigo de este delito: “va a ser sancionada una persona que publique o promocione de alguna manera contenido gráfico o sexual”; la pena va de los dos a los cinco años de cárcel, y hasta los ocho si la difusión es a través de medios digitales.
Si los infractores son menores de edad, Sides Mayoral explica que la sanción es diferente: “No es un delito que merezca cárcel para el niño, no es delito grave como tal¨; sin embargo, cuando la víctima es menor de edad y el victimario mayor, el Código Penal toma el caso como: pornografía infantil; y la sanción puede ser de hasta 12 años de cárcel.
Conforme a lo señalado por la agente de la Fiscalía, todo aquel que divulgue el contenido, aunque no sea el primero, corre con la misma suerte, ya que también son culpables.
¿Se podría decir que éste es uno de los delitos que más impunes están en la actualidad?
Sí, cuando no se le da el seguimiento.
La Fiscalía General del Estado de Jalisco, a través de una solicitud de transparencia (folio 02172319), informó que del 2017 a marzo del 2019 se abrieron 160 carpetas de investigación por los delitos de Ultrajes a la Moral o a las Buenas Costumbres e Incitación a la Prostitución; entre los cuales se integran los de difusión de contenido sexual sin consentimiento.
De esos 160 casos, sólo seis tuvieron seguimiento con una orden de aprehensión y sólo en dos casos —uno en 2017, y otro en 2019— se llegó a una sentencia condenatoria para quien cometió el delito; esto significa que el 98 por ciento de los casos (158), no llegaron a la resolución indicada por la ley.
La cifra negra alrededor del sexting
Durante marzo y abril del 2019, se realizó un sondeo vía internet, utilizando la plataforma Google Drive, en el que 95 personas contestaron preguntas relacionadas a su experiencia con la difusión de contenido sexual sin consentimiento y su conocimiento sobre este delito en el Código Penal de Jalisco.
54 de los participantes contestaron que sí habían sido víctimas de este delito o que conocían a alguien que sí lo había sido. De estas 54 personas, 49 no lo denunciaron; es decir, el 90 por ciento de los casos quedaron impunes.
De acuerdo con Citlali Murillo, quien forma parte de la organización Calle Sin Acoso, las víctimas no denuncian por tres razones principales: “La razón principal es la normalización; la segunda, es la cultura de la denuncia que casi no existe; la tercera, es la probable revictimización. Siempre están cargando la responsabilidad en la mujeres, como cuando les dicen ‘no hagas sexting’”.
Andrea (nombre ficticio para la protección de la identidad) fue víctima de la difusión cuando tenía 16 años, pero no lo denunció. “No, no denuncié porque siento que no fue algo tan grande. Viéndolo desde los ojos de la sociedad, todo el mundo lo hace, entonces, me puse en esos ojos y no en los míos, y aunque sí fue algo que me pegó… ahorita que lo pienso, creo que sí lo hubiera hecho (denunciar)”, externó.
Luis es un estudiante de universidad que difundió fotografías íntimas de una de sus ex parejas, y aunque en ese caso los padres de la víctima se enteraron de lo sucedido decidieron no denunciar: “Cuando se enteraron los papás, dijeron que era su decisión si lo querían investigar o no. Decidieron que no porque asumieron que el primer error fue de ella, por haberse tomado las fotos y pasarlas”, dice Luis.
Otro de los puntos que recalca Citlali Murillo para no denunciar el sexting es el desconocimiento de la ley: “No se sabe que esto es un delito”, explica.
En el mismo sentido, en la encuesta realizada para este reportaje más de la mitad de los participantes (48 de 95) contestaron que no sabían que en Jalisco la difusión de contenido sexual sin consentimiento es considerado como un delito y que su ejercicio puede implicar una sanción penal.
También hay testimonios de negligencia por parte de la Fiscalía General de Jalisco.
En varios de los casos en los que Fátima López, coordinadora general de Magistrada Ya, ha acompañado a víctimas durante sus denuncias, estas últimas no tienen seguimiento y las investigaciones terminan sin haber resolución alguna.
“Cuando tú vas a hacer una denuncia, siempre en el Centro de Justicia para las Mujeres o la Fiscalía, primero te van a preguntar qué es lo que estás señalando, te van a decir que van a integrar una carpeta y te van a mandar con un policía investigador que promete llevar tu caso. La promesa es eterna y ahí se queda. No te van a decir que ya terminó el asunto. Simplemente no te van a comunicar nada”, comenta Fátima.
¿Entonces en los casos que te han tocado a ti llevar..?
Ninguno ha procedido.
Se intentó contactar varias veces a la Policía Cibernética para conocer cómo proceder ante estos casos; sin embargo, no se obtuvo respuesta de la unidad.
Para Rogelio Sánchez, psicólogo y especialista en el tema, la difusión de contenido sexual sin consentimiento puede tener daños psicológicos como: baja autoestima, pánico, ansiedad, miedo; consecuencias que en una escalada pueden llevar a la depresión o al suicidio: “Si la víctima no está bien atendida y orientada, el chico o la chica claro que cae en depresión, y claro que es una posible víctima de suicidio”, afirma.
Estas consecuencias se pueden ver reflejadas en una de las víctimas que dio su testimonio. “A la fecha sigo con el miedo de que el güey puede hacer algo, a pesar de que no lo he visto en cuatro, cinco años”.
Algunos de los reglamentos de las redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter, dicen que esta prohibido publicar contenido erótico en sus plataformas. Instagram incluso te invita a denunciar chantajes relacionados a esta práctica.
A pesar de esto, existen grupos de redes sociales y plataformas de alojamiento de archivos (como Google Drive y One Drive) en donde se comparte este tipo de contenido.
En la realización de este reportaje se encontraron cuentas de Twitter que se utilizan, específicamente, para compartir material erótico sin consentimiento. Los nombres de los perfiles de usuario van desde “Quemones GDL” hasta “Packs de México”.
En algunos casos, el contenido se vende por 100 pesos al mes que se pueden depositar en cuentas bancarias. La página web, incluso, invita a los usuarios a participar en el movimiento #MeTooHombres y enviar packs o nudes que los hombres hayan recibido sin consentimiento para publicarlas como venganza.
Una de las preguntas frecuentes de la página es: “¿por qué hacen esto, acaso no tienen madre o hermanas?”, a lo que ellos mismos contestan: “sí tenemos, pero no son pendejas para tomarse fotos y mandarlas a sus amigos. Nosotros no nos hacemos responsables de las puterías de cada chica ni de la mala educación de sus padres”.
Entre las acciones contra la difusión sin consentimiento, Fátima López explica que la organización Magistrada ya, acompaña a personas que han sido víctimas, dándoles asesoría legal: “Le explicamos (a la víctima) lo que tiene que hacer, que es presentar la denuncia por delitos cibernéticos ante la calle 14 en Fiscalía y que puede ser acompañada por una de nosotras (de la organización) si lo desea, o ella puede ir de forma personal”.
Además, junto con la Policía Cibernética de Jalisco, la organización ha impartido cursos de prevención de riesgos del sexting en centro educativos, con el fin de evitar la difusión sin consentimiento y alentar a los jóvenes a denunciar la violencia de la que fueron víctimas.
Por otro lado, Ana Baquedano recomienda a quienes están atravesando por esa situación: “No hay que darle a esas fotos y/o videos un poder que no tienen. Como sociedad les inventamos un montón de significados que hacen referencia a los valores de esa persona, al respeto que se merece, a su valía, a sus relaciones interpersonales, a su potencial. Nada de esto es cierto. Sólo son archivos y cada quien es libre de vivir su sexualidad de la manera que prefiera. No hay nada de qué avergonzarse ni hay que atribuirles cosas que no les corresponden”.
“Por esto, para prevenir este tipo de situaciones, mi recomendación sería que si decides (porque quieres, no porque te estén presionando) hacer sexting, lo hagas convencido/a de que lo que estás enviando son únicamente archivos que no tienen poder sobre ti y no le dan derecho a nadie de hacerte sentir mal”, concluye Ana. Recordando que en Jalisco, la difusión de contenido erótico sin consentimiento está penada con hasta ocho años de prisión.
Este trabajo periodístico fue publicado en el sitio ZonaDocs.